martes, 30 de marzo de 2010

Analfabetos de soñar

Oigo un eco
que camina ciego hacia el abismo.
Nosotros sordos,
no logramos vernos ,
ni tocarnos ,
ni despertamos un amanecer,

Analfabetos de soñar
no soñamos
no dormimos.
Solo rompemos los nudillos de la ira
contra el muro de estas moribundas noches.

Cesar Galbarini

La fecha del poema carece de exactitud. Pero se reconoce en el pasado como en el presente.

sábado, 27 de marzo de 2010

SOLDADITO DE MALVINAS.




SOLDADITO DE MALVINAS.

Hay un cuento que nos cuenta mamá y papá.

Es de chicos que se fueron a pelear,

a una guerra de mentira,

a un lugar austral.

Mamá dice que iban confiaditos y bien engañaditos,

con pocas pilchas,

poco lujo,

sin perfume y peladitos,

con un casco en la cabeza

y un arma sin destreza.

Papá dice que un borracho los engaño,

por que al llegar,

las balas volaban con frialdad,

y el enemigo mataba sin piedad.

El frío y los contrarios

liquidaban a estos muchachitos (inocentes con valor)

que dejaban de ser niños para ser carne de cañón.

Hay veces que el cuento se parece a una película de terror,

porque las bolsas y el agua se volvieron gangrena.

Los días más asesinos que la propia guerra.

Y si en argentina se rezaba, en Malvinas se luchaba.

En que estaría pensando el mediocre que los mandó a morir

a esos pobres chicos,

que hicieron historia con la misión de matar,

y terminaron jugando el alma,

con la suerte de escapar.

Y pensaron que lo peor ya había pasado,

pero la lucha continuó,

porque el enemigo fue el pueblo argentino,

que al llegar los desmereció.

Y así fue que estos soldaditos lucharon contra su propia nación,

que los maltrató,

hasta sacarles el corazón.

Cuantos soldaditos se habrán matado,

porque todo un país los juzgaba,

y porque la bombas no paraban de sonar,

en las duchas,

en sus casas,

en sus ventanas,

en el cielo,

al compás de su caminar,

en sus sueños,

o cuando empezaban a recordar.

Soldadito de Malvinas,

muchachito con valor,

piensa siempre que la vida se construye con amor.


cesar galbarini .

Los restos de mi .

Allá tu libertad,
tan tuya,
tan sola,
La libertad…

Acá los restos de mi esqueleto
haciendo con las letras malabares.
Con los sueños ejércitos de cadáveres.
Acá se respiran ahogos
en débiles tardes en soledad,
desterrando tristezas
que ayer creí enterradas
que talvez mañana volveré a sepultar.

Uno nace en el papel,
sabiendo que la letra perfuma
futuros abismos.
Me quede con la necesidad
con el frío
como si vivir fuera,
verbo de abandono
antónimo de risa
adjetivo de un hombre triste.

Pobre de aquel que viva por amor,
y un día ese maldito,
marche en un tren,
con destino al olvido.

Ese tren siempre que se va deja un muerto en el andén.

Cesar Galbarini